A veces uno coge un dibujillo de esos que hace cuando está en mitad de una conferencia, no se entera de nada y se pone a tontear con el bolígrafo. De vez en cuando sale alguno curioso y piensas: ¿Cómo quedaría coloreado?
Pues queridos amigos, para esto está el Photoshop. Primero coges y escaneas el dibujo, lo metes en el programita y le ajustas los negros.
y ala, a colorear.
Una vez que lo terminas, puedes pensar: Umm demasiado frio, pongámosle tonos más cálidos.
Y luego dices: ¿qué tal quedaría con un color de fondo?
Y así hasta el infinito…
Moraleja: El Photoshop nos facilita el trabajo de poder hacer los cambios que queramos, pero lo que con mis acuarelas hubiera resuelto en media hora, en Photoshop nunca ves el final… Aún así ¡bendito Photoshop!